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miércoles, 1 de agosto de 2012

A no bajar los brazos



Por Joaquín Branne


Es más que comprensible el fastidio prematuro de Mónaco concluida su estadía activa en Londres. La derrota ante el siempre peligroso Feliciano López, con quien mantenía un historial igualado en dos, le ha puesto fin a una importante racha de victorias y lo ha devuelto a casa más temprano de lo esperado. Por su buen presente, campeón en Hamburgo y flamante top ten del ranking mundial, el compromiso ante el español se presumía como una prueba superable. Sin ser un especialista en césped  y aun sabiendo del buen desempeño del rival en esa superficie, su tenis sin fisuras permitía deducir apenas una minúscula desventaja. Pero para su desgracia no fue así y tras un buen arranque (4-1), donde logró dominar el juego sin sobresaltos, fue perdiendo agresividad y la derecha comenzó a fallar más de la cuenta. Feliciano colaboró con ese bajón. El vigésimo noveno jugador del ranking ATP calentó la mano y no dio más ventajas. Afinó su saque, erró poco y aprovechó los dos puntos de quiebre que se le presentaron. El slice de revés le facilitó aún más las cosas. Con el 80% de los puntos ganados con su saque y una efectividad del 75% en la red (6/8), Mónaco poco pudo hacer. El servicio del argentino no fue tan efectivo (ganó 18 de 33 puntos) y los peloteos, en su gran mayoría, terminaron por guiarle el camino de la victoria al español en el primer set.

En el segundo parcial la paridad se mantuvo hasta el quinto game, donde Feliciano logró quebrar el saque de Mónaco e inclinar aun más la historia a su favor. Set abajo y quiebre abajo se hace difícil para cualquiera. Con la ventaja en el marcador, Feliciano desplegó su mejor versión, ganando varios puntos en la red y llevando al argentino al terreno que menos le gusta: la defensa. Allí Mónaco se tuvo que conformar con mantener su saque hasta el final. López no le dio ninguna posibilidad de quiebre. Triplicó los tantos de Pico en la red y más allá de superarlo en errores no forzados, cinco contra dos, sus golpes fueron contundentes y el partido terminó cerrándose en una hora y diez minutos.

De Mónaco se esperaba más, aunque está a la vista que la superficie hizo su parte en la derrota. El triunfo en sets corridos (doble 6-4) de Feliciano López es un golpe duro por lo que representa competir en Wimbledon para un Juego Olímpico, pero Pico no deberá caerse. Lo difícil no es llegar, si no mantenerse.

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