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martes, 28 de junio de 2011

Fríos números



Por Cristian Dellocchio
Las estadísticas, fríos números que se escriben cuando una pelota entra o pega en el palo, cuando un entrenador desesperado realiza un cambio que espera sea salvador, o cuando una patada se pinta de tarjeta roja, a veces reflejan realidades que el juego no exhibe. Con el resultado puesto de un River descendido, un posible análisis sobre el causante de esta crisis futbolística en el club más ganador del fútbol argentino es el matemático: 64 jugadores, 6 técnicos, 2 presidentes, es, entre otros, el saldo que dejaron tres temporadas atrapadas en el promedio que obligó a la entidad millonaria a jugar la fatídica promoción. Los números:

miércoles, 22 de junio de 2011

Mala sangre



Por Lucas Parnes

La imagen de aquel hincha de Huracán que escucha por la radio el gol de Boca y le vuelve el alma al cuerpo a quedado hoy como una simple anécdota que algún que otro nostálgico recordará muy de vez en cuando.

Unos días atrás ese gol de Cellay le daba la chance al “Globo” de mantener vivo, aunque sea por un rato, la ilusión de quedarse en la primera división. Sin embargo lo único que se consiguió con esto fue simplemente alargar un poco más el sufrimiento de todo el pueblo quemero.

El equipo de Pompei no sólo no falló a lo largo de casi todo el campeonato sino que desperdició esta última oportunidad (calificada por su propio entrenador como una “señal del cielo”) en 30 minutos de puro nerviosismo, impotencia y errores, frente a Gimnasia, que sin hacer demasiado, tendrá el privilegio de jugar la promoción para mantener la categoría.

El error de Ospina, las dos faltas de Soplán y la inentendible reacción de Cámpora, fueron claras muestras de lo que fue Huracán, no solo en este torneo, sino desde la salida de Angel Cappa y el completo desarme del famoso equipo del “tiki tiki”. Habrá que ver si los nuevos dirigentes que se vendrían, saben como obtener provecho de este descenso. Quizás, confiar en un proyecto a largo plazo, pueda llevar a los de Parque Patricios a retornar a ser el club que supó ser en alguna época, ya lejana, pero muy extrañada por todos.

martes, 21 de junio de 2011

De goles y de amores



Por Lucas Parnes
Me acuerdo que esa tarde no venía muy distinta a cualquier otra. Como todos los sábados, me había levantado cerca del mediodía y después de comer algo livianito me tomaba mi tiempo para armar el bolso. Nunca supe bien porque pero hacer esto siempre fue una especie de ritual para mi, antes de salir para los partidos le dedicaba varios minutos a ubicar muy ordenadamente todas las cosas en el bolso, me lo cargaba al hombro y salía caminando tranquilo para el club. Mis viejos iban un poco más tarde pero yo prefería ir solo, me ayudaba a pensar, me calmaba.
Se ve que ese día venía pensando en alguna de esas huevadas existenciales, quizás por eso lo que pasó después me impactó tanto. Nuestro partido arrancaba a las dos de la tarde porque la primera jugaba a las cinco. Como el equipo ya no peleaba por nada seguramente iba a ser un día tranquilo, sin mucha gente en la cancha a la hora que jugábamos nosotros. Eso era bueno porque siempre fui un poco distraído y me colgaba mucho mirando a las tribunas.
Y eso era lo que estaba haciendo en ese momento. Habían pasado masomenos 20 minutos del primer tiempo, un defensor nuestro y el delantero del otro equipo se habían chocado fuertísimo por lo que el partido iba a estar  frenado  un buen rato. Fue entonces cuando la vi. Estaba parada en  donde comienza la tribuna lateral baja con los codos apoyados en la baranda que separa al público del campo de juego y la cara posada sobre sus dos manos.

Gracias Diego

Por Joaquín Branne
Por nunca darte por vencido ni aún en las adversidades más grandes. Por representar a la Argentina y llevarla a lo más alto del fútbol mundial. Por tus lágrimas de alegría con la consagración de 1986 y por las de tristeza en la derrota ante Alemania cuatro años más tarde. Por tu existencia. Por dar todo y nunca esperar nada. Por jugar como nadie. Por el potrero. Por esa zurda mágica y por la mano de dios contra los ingleses. Por el gol del siglo. Por ser el máximo exponente de nuestro país en el mundo entero. Por el barrilete cósmico. Por la humildad. Por no olvidarse jamás de las raíces. Por las gambetas y los goles. Por las patadas. Por jugar aún en las peores condiciones. Por tu sueños cumplidos. Por el día del doping en el Mundial de 1994. Por la maldita efedrina. Por el llanto desgarrador. Porque te cortaron las piernas. Por reponerte y seguir haciendo feliz a tanta gente. Por tu retorno al país. Por tu Boca querido. Por los piquitos con Caniggia. Por recordarte en cada charla de fútbol. Por las comparaciones estúpidas. Por tu despedida como jugador y tus comienzos como técnico. Porque la pelota no se mancha. Por tus coqueteos con la muerte. Por confiar en Palermo. Por la palomita contra Perú y porque la sigan chupando.

Por todo eso y mucho más.

Gracias Diego.

sábado, 18 de junio de 2011

Miguel no merecía este final

Por Joaquín Branne
Como toda etapa de la vida tiene un fin, ésta no podía ser la excepción para Miguel Ángel Russo. Su resonante alejamiento a la dirección técnica de Racing revalidó lo que parece ser una verdad absoluta en el fútbol argentino: la extinción de procesos extensos.
Al igual que tantos otros, Russo debió soportar la carga de dirigir un equipo que desde la prensa se denominó como serio candidato a ganar el título y que muchos suponían lo contrario o al menos instalaban la duda sobre cuan real podía ser esa afirmación.
Desde ahí en adelante, el entrenador convivió con todo tipo de infortunios. Lesiones, reclamos, dudas y hasta un enfrentamiento entre dos jugadores. Por no querer generar aún más revuelos que alimenten a los programas de televisión, su figura, con el tiempo, sufrió el desgaste habitual de un fútbol incapacitado para soportar las adversidades.
"Racing es un camino largo y despacio. Ya hablé con los jugadores y les deseo lo mejor a todos. A veces hay apuros importantes que no tienen sentido, los saltos de calidad necesitan tiempo", declaró el propio entrenador en el anuncio de su despedida. Fiel a su estilo, aceptó la decisión de los dirigentes, aunque no la compartió. Para él, salir adelante y reponerse del mal campeonato realizado podía ser posible si sus tiempos eran los tiempos de la dirigencia. Si su criterio a la hora de armar el equipo era respetado por Molina y los otros escandalosos personajes que lo rodean. Convencido de su capacidad y soportado por una buena base de jugadores, Racing modelo apertura 2011 podía haber sido la contracara de este prometedor equipo, que por momentos jugó un buen fútbol y por otros no logró soportar la presión instalada. Al fin y al cabo, fue él quién logró recuperar la ilusión de una hinchada ávida por volver a la primera plana del fútbol argentino. Una promoción y un presente devastador no era tarea sencilla para ninguno. Y así todo Russo dio la cara en un momento crítico, soportando todo tipo de injusticias y trabajando silenciosamente, sabiendo que no hay mejor receta para salir adelante. Con él en el banco, Racing obtuvo el mejor porcentaje de puntos respecto a los seis técnicos anteriores. De 52 partidos dirigidos, logró 23 victorias, 9 empates y 20 derrotas, lo que da un total exacto del 50%. Bastante más que los 39% de Merlo y apenas por encima del 44% conseguido en las conducciones de Caruso Lombardi y Gustavo Costas.
Ni que hablar si nos referimos a materia de refuerzos. A su llegada al club la acompañó las contrataciones de Moreno, Licht, Toranzo, Gutiérrez, Hauche y Pillud entre los más destacados. Nada de Rosano, Brítez Ojeda y Tavio en su conducción. El buen ojo para optar por los dos colombianos fue, sin lugar a dudas, uno de los grandes aciertos de Russo en el año y medio que estuvo al frente del equipo. Sus presencias en el plantel harán emocionar a más de un hincha acostumbrado a la mediocridad de las últimas décadas. La fórmula Gio-Teo promete mucho y el fútbol de galera y bastón seguramente se rememore en Avellaneda, aunque su gestor ya no estará en el banco para verlos juntos por primera vez.

jueves, 16 de junio de 2011

Último capítulo: Ganar o reventar


Por Joaquín Branne
Nadie puede quejarse de este final de campeonato. Los eternos castigadores del fútbol argentino y aquellos que, pese al flojo nivel de juego mostrado en estos últimos años, mantienen intacto el amor y la pasión por el torneo local tendrán un último capítulo apasionante. Noventa minutos de pura emoción, que determinarán la suerte de seis equipos. Quilmes, Gimnasia, Huracán, Olimpo, River y Tigre se repartirán el protagonismo y los puestos de descenso y promoción en una jornada única e histórica.
Con un mismo objetivo pero con distinta finalidad (algunos aspiran alcanzar la promoción, otros zafar de todo), cada uno de los equipos comprometidos deberá ganar su partido y esperar otros resultados para asegurarse la salvación. Excepto Tigre, que es el mejor ubicado de los seis y con una victoria certifica la permanencia, los demás estarán con la radio en la oreja o pendientes de algún mensajito esperanzador que les confirme lo que tanto soñaron en los días previos: que los rivales directos pierdan sus partidos correspondientes.
En la recta final no hay candidatos ni equipos que lleguen mejor que otros. Como en las finales, es a ganar o morir. El pasado no tiene valor, ni favorecerá a aquellos planteles que milagrosamente a falta de una fecha mantienen intactas sus chances de subsistir en la primera división. Pero así como no pesarán los momentos de cada uno, tampoco tendrá demasiada importancia los rivales a enfrentar. O mejor dicho, influirá pero no cambiará la idea de ir en búsqueda de la victoria. Haciéndolo ejemplo podríamos afirmar que Boca es más que Gimnasia y que un partido común de campeonato, el equipo platense se conformaría con un empate. Lo mismo para Lanús y River y quizá algún otro encuentro a disputarse en la misma hora. No hay vuelta que darle. Los seis planteles saben bien que si quieren permanecer en primera deberán ganar como sea, más allá de lo que puedan hacer los demás. Jugar con las matemáticas es un riesgo demasiado grande que ninguno, imagino, estará dispuesto a asumir. 

martes, 14 de junio de 2011

La reinvención de Godoy Cruz

Por Joaquín Branne
La salida de David Ramírez hacía temer lo peor para Godoy Cruz. El volante ofensivo y principal figura del equipo mendocino se incorporaba a Vélez en una de las grandes novelas del verano y sus hinchas, dolidos por el alejamiento, comenzaban a imaginar un futuro complejo, sin el protagonismo de la temporada pasada. "Si a él y a los otros muchachos les sumamos los refuerzos que van llegando, creo que se va a armar un muy buen equipo”, declaró Da Silva a pocos días de confirmarse en el cargo de entrenador. Su intención de mantener a Ramírez resultó ser prioritario para el esquema de juego que procuraba utilizar. Lo quería delante de los cuatro medios siendo el nexo con los dos hombres de ataque. Ya lo había imaginado, inclusive, con la diez en la espalda, acompañando a un mediocampo de elite integrado por Villar, Olmedo y Carlos Sánchez, una de las grandes relevaciones de la temporada 2010.

lunes, 13 de junio de 2011

El Enzo de la gente


Por Joaquín Branne
Imprevisible, explosivo, asistidor, veloz, gambeteador, dinámico, atrevido, desequilibrante. Enzo Pérez es todo eso y mucho más. Cuando llegó a Estudiantes de la mano de Simeone, muy pocos creyeron que este jovencito podría ser capaz de destacarse en un plantel que venía de ser campeón. Las referencias eran pocas y parecían no bastar para invertir en su contratación. Algún que otro buen desempeño en Godoy Cruz y la imperiosa necesidad de un reemplazante para José Sosa, transferido al Bayern Munich, terminaron de convencer al entrenador y los dirigentes para ir en búsqueda de él. Y así fue como llegó a Estudiantes. Sin mucho ruido, pero con el deseo y la ilusión de poder demostrar todo su potencial.
De Enzo Pérez pasó a ser Enzo a secas cuando, al poco tiempo, se ganó el cariño de la gente. Su enorme habilidad fue una inmejorable carta de presentación para el hincha de Estudiantes.
En su película no habrá manchas negras ni momentos olvidables. No podrá faltar la consagración en Brasil, su papel fundamental en el apertura 2010, los goles a Gimnasia y la enorme entrega de un jugador que nunca se creyó más que nadie, aunque en la cancha así lo fuese. El retrato besando al escudo y sus declaraciones de amor al club tampoco serán olvidados por la gente de Estudiantes, que ayer se dio gusto de poder verlo en cancha antes de su viaje a Portugal.
Simpático para los suyos, temido por rivales y admirado por la prensa, Enzo Nicolás Pérez está en boca de todos. Y bienvenido sea.

Fútbol de primera

 
Por Lucas Parnes

El Campeonato Clausura 2011 estuvo marcado por una feroz lucha en la tabla de los promedios, relegando a un segundo plano la pelea por el título. Los medios, sedientos de catástrofe, se pasaron el torneo alimentando fecha tras fecha esta encarnizada batalla por no descender.

Veléz Sarsfield se consagró merecidamente campeón una jornada antes de que termine el certamen y de esta manera, como si fuera a propósito, el próximo fin de semana estará dedicado casi por completo a la temida tabla de abajo. Solamente un par de encuentros que definirán las plazas continentales podrían sacarles algunos flashes pero no parece que esto vaya a suceder.

Tigre, River, Olimpo, Huracán, Gimnasia y Quilmes se juegan sus últimas fichas de salvación en un domingo que promete emociones, desilusiones, alegrías y tristezas, en fin, lo que a la gente le gusta ver.

Todos los partidos que involucren a estos equipos deberían jugarse al mismo tiempo y si esto sucede se pronostica una sobrecarga de información en las redacciones, radios, televisores y portales de Internet.

 

miércoles, 1 de junio de 2011

Cuestión de respeto


 Por Lucas Parnes

La vergonzosa derrota de la Selección Argentina Sub – 25 puso en jaque a esta nueva moda de armar equipos alternativos para probar jugadores que buscan demostrar que pueden ser tenidos en cuenta para la “Verdadera” Selección.

Cuando Sergio Batista creó este combinado de jugadores menores a 25 años parece haberse olvidado de la camiseta que su equipo iba a vestir. El dinero que ingresa por jugar (o solo participar) en estos amistosos se vuelve incómodo al ver resultados y funcionamientos como el del partido de hoy.

Pese a ser también fuertemente cuestionada, la “Selección local” encuentra un cierto respaldo en la acertada decisión de entrenar aunque sea una vez por semana. Algo que fortalece a un grupo humana y futbolísticamente. Sin embargo, ni siquiera de eso se puede jactar este nuevo Sub – 25, que marca a sus jugadores con una estrepitosa caída producto de la inexistente preparación conjunta de muchas individualidades que tienen un buen nivel en las principales ligas del mundo.

Incluso el mismo Batista le quito protagonismo a sus muchachos que quedaron opacados por la lista de la Copa América que el técnico dio a conocer anoche. Tan solo Pablo Zabaleta y Ezequiel Garay figuraron en ambos equipos.

Habrá que replantearse si las cuentas cierran en la relación costo – beneficio que proponen estos amistosos antes que sea tarde y el respeto por la camiseta albiceleste se siga perdiendo partido tras partido.