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sábado, 17 de septiembre de 2011

Fernando Gago: De promesa a jugador clave (Parte I)

Por Joaquín Branne
Desde su llegada al Real Madrid en el 2006, Fernando Gago debió soportar todo tipo de presiones. Lejos de su país y siendo todavía un adolescente con poca experiencia en el fútbol argentino, el juvenil volante central arribó a España obligado a rendir en un equipo de estrellas, acostumbrado a los títulos y con un público demandante de éxitos constantes.
La apuesta, claro está, no resultaba para nada sencilla, pero la oportunidad de retribuir la confianza depositada significó para Gago una enorme posibilidad de crecimiento. En los diarios locales su contratación fue tapa varios días y durante las primeras prácticas, los ojos de los aficionados estuvieron reposados en este exquisito mediocampista que muchos imaginaban como el nuevo gran sustituto de Fernando Redondo.
En su presentación, ante una verdadera multitud, Ramón Calderón declaraba: “Nos ha tocado la lotería, nuestro mejor premio está aquí, completamos un trío de ases blancos". El presidente del Real Madrid se mostraba exultante. A pocos meses de su asunción al frente del equipo y pese a la necesidad de cortar la sequía de tres años sin títulos, Calderón apostaba a un pleno mercado de pases sudamericano para afrontar la temporada venidera. Fernando Gago fue el último en llegar. Pocos días antes, y tras extensas jornadas de negociación, se habían cerrado los fichajes de Marcelo, lateral del Fluminense, e Higuaín que, con tan solo 18 años de edad y un par de partidos en la primera de River, fue pretendido por varios equipos de Europa.
Conformado el plantel y asumidas las responsabilidades, Gago comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol del viejo continente. Tras una larga pretemporada, donde se entrenó bajo la atenta mirada de Fabio Capello, comenzó el campeonato como titular y con el correr de los partidos consiguió acoplarse cada vez mejor a un plantel repleto de grandes figuras. Desde el inicio del torneo se lo vio en un altísimo nivel. Manteniendo su progreso natural, Gago se ganó definitivamente un lugar entre los once y el merecido reconocimiento de toda España, pese a no tener el tiempo de adaptación necesario.
En poco menos de diez partidos, su rendimiento en cancha ya daba que hablar. El pase, el criterio para distribuir el juego y la enorme capacidad para recuperar limpiamente la pelota habían seducido a los hinchas merengues y al propio entrenador, que en más de una ocasión de deshizo de elogios para con él.
Los primeros años de Gago en España fueron similares a los de una verdadera estrella. En la recopilación de nombres, nunca faltó el suyo para comprender el presente del Real Madrid. Ronaldo, Beckham, Van Nistelrooy, Cannavaro, Roberto Carlos y Gago. O porqué no: Ronaldo, Van Nistelrooy, Gago y los demás. En España, al menos, el orden de jerarquías era debatible y hasta hinchas de otros equipos disfrutaron de su llegada a la liga. En la primera temporada que disputó, el argentino la rompió y el Madrid se consagró campeón pese al inconformismo de la prensa y la junta directiva para con el juego del equipo. Lejos del clima festivo de una consagración, el brindis de medianoche traía la previsible noticia de despido de Fabio Capello al frente de la dirección técnica del equipo. “He hecho un amplio informe sobre todo lo que había ocurrido la temporada pasada y junto con el presidente y la Junta Directiva tomamos la decisión de no continuar con Fabio Capello como entrenador. Quiero agradecerle su trabajo, pero pensamos que de cara al futuro no es una persona oportuna para realizar lo que pensamos nosotros", las palabras de Pedja Mijatovic, director deportivo del club, no dejaron mucho que analizar. Para los directivos, más allá del título, existían varios conceptos que no se asemejaban a lo que ellos pretendían para las próximas temporadas. La rudeza del entrenador y la ausencia de un juego acorde a la calidad del plantel resultaron ser factores determinantes a la hora de tomar la decisión de su alejamiento. Bernd Schuster, por entonces técnico del Getafe, sería anunciado, pocos días después, como el sustituto del italiano en la conducción del plantel. Un hombre de la casa que inculque los valores del club y mantenga al equipo en la primera plana del fútbol mundial.
En sus primeros días, el entrenador alemán informó a los directivos sus intenciones de desprenderse de Fernando Gago. Lo decidió prematuramente, sin casi tener contacto con él. En su idea futbolística, el volante argentino no cumplía el rol que pretendía y por eso determinó su apartamiento del plantel en vistas al comienzo de una nueva temporada. Con Guti y Mahamadou Diarra, pensó Schuster, el cupo estaría bien cubierto y Gago casi no jugaría. El tema dio que hablar y varios medios cargaron contra el flamante entrenador: “Quiero mostrar a Schuster, cuando reciba una oportunidad en los próximos encuentros, que tengo mucho que aportar al Real Madrid", manifestó el mediocampista argentino en un reconocido diario de la capital española. Los rumores de desvinculación perduraron durante algunos días y hasta que el presidente del equipo no confirmó su continuidad, Gago continuó en la búsqueda de un nuevo club. Sonó el Manchester City como probable destino y también el Inter de Milán, pero todo quedó en la nada cuando Calderón salió a desmentir su partida. Liberarse de Fernando significaba un riesgo que no estaba dispuesto a asumir.
La historia, ya conocida, tendría un perfecto desenlace. Gago, al poco tiempo, titular y referente del juego de Schuster y el Madrid por segunda vez consecutiva campeón de la liga. La gran temporada del equipo solamente se veía opacada por la eliminación en la Champions League a manos de la Roma de Italia.

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